Muy buenas tardes.
Eminentísimo Sr. Cardenal Carlos Aguiar Retes;
En nombre de la Compañía de Jesús en México, quiero agradecer su presencia, el día de hoy, entre nosotros. Valoramos, infinitamente que, en un evento tan importante para la Compañía de Jesús y para la Iglesia, usted haya querido conferir las Órdenes de Presbiterado y Diaconado a mis hermanos jesuitas.
Gracias, igualmente, por sus palabras dedicadas a los recién ordenados. Sin duda, su mensaje nos inspira y alienta a renovar nuestro sentir con la Iglesia, y a trabajar unidos con Usted, en la misión que Dios y la Iglesia nos han encomendado por la paz en México.
Aprovecho para felicitarlo y para decirle que cuente con nuestras oraciones por la reciente encomienda como Presidente Delegado del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad.
Asimismo, agradezco la presencia de mis hermanos jesuitas, y de todas las personas que nos siguen a través de las redes sociales.
Hugo, Miguel, Pancho, Rodrigo muchas felicidades. Con la Ordenación sacerdotal culminan la etapa de formación y comienzan la vida del apóstol jesuita enviado en misión. Ustedes mejor que nadie saben, que nuestro pueblo necesita buenos y santos sacerdotes. Que su compromiso con los valores evangélicos, allá en Tatahuicapan, Guadalajara, Comalapa y Colombia, marque su modo de proceder en la vida. Les pido que la oración, la eucaristía, el discernimiento y la vivencia de los votos, sean parte fundamental de sus vidas. Háganlas un hábito para fortalecer su entrega y servicio.
Hoy, la Iglesia y el pueblo de México necesitan de nuestra IDENTIDAD fundamental, es decir, personas que apuesten su vida, con alegría, por la defensa de la fe y la promoción de la justicia. Pidan a Dios aprender a “mirar todas las cosas nuevas en Cristo”. Que su amor, su esperanza y su deseo por vivir plenamente su vocación, sean motivo suficiente para incidir con su testimonio allá donde vayan.
A ustedes, familiares y amigos de nuestros hermanos recién ordenados, y que vienen desde distintas partes de nuestro país, gracias por acompañarnos en esta hermosa celebración; a ustedes les pido sus oraciones por estos 4 jesuitas. Oren por ellos y ayúdenlos a ser buenos sacerdotes. Gracias, y tengan buen viaje de regreso a sus destinos.
Nos encomendamos a San Ignacio de Loyola, y a nuestros hermanos mártires, Joaquín y Javier, para que intercedan por nosotros ante el Hijo para hacer con nuestras vidas “la mayor gloria de Dios”.
Mil gracias.
Luis Gerardo Moro Madrid SJ
Prepósito Provincial