Guillermo del Toro, exalumno destacado del Instituto de Ciencias, colegio jesuita de Guadalajara

Mar 5, 2018 | Noticias, Uncategorized

El Instituto de Ciencias (IdeC), colegio jesuita de Guadalajara, felicitó al director mexicano, Guillermo del Toro, quien es un exalumno destacado de dicha institución educativa de la Compañía de Jesús, luego de que este domingo fue galardonado con el Oscar como mejor director y  por la cinta del año con «La Forma del agua».

Antes de la ceremonia del Óscar, excompañeros de Guillermo del Toro en el Instituto de Ciencias, revelaron al Dairio Reforma que su genio y talento destacó desde las aulas de clase:

Con las ideas de terror y fantasía que siempre ha tenido, se podría pensar que Guillermo del Toro era retraído o aislado en su salón de clases, pero en realidad este tapatío era muy popular entre todos los que le rodeaban.

Cuando estudiaba la secundaria y preparatoria en el Instituto de Ciencias (IdeC), en Guadalajara, el cineasta demostró ser un chico amigable y plural, lo que lo llevó a ser ubicado por la mayoría de los estudiantes de diferentes generaciones.

«Era abierto, tenía todo tipo de amigos, algunos muy creativos, otros deportistas, unos que no eran estudiantes brillantes, pero a fin de cuentas Guillermo buscaba a la gente no por lo que tuviera, sino por lo que era», comparte Mariano Aparicio, fotógrafo y ex compañero de preparatoria.

«Estábamos en un colegio muy grande, había seis o siete grupos en cada año, nunca coincidí con él en alguno pero siempre lo veía; él llamaba la atención: güerito, gordito y simpático, era muy conocido», dice Felipe Millán, ingeniero industrial y ex alumno del IDEC.

Otra característica del hoy multipremiado director de cine ha sido su sencillez, pues según sus amigos, aunque su familia poseía negocios de automóviles, el joven Guillermo nunca presumía lujos.

«Era sencillo. Recuerdo que en uno de sus cumpleaños llegó a la escuela y le pregunté qué le habían regalado, entonces me enseñó unos tenis Dunlop, blancos, bien ‘equis’, cuando en aquel tiempo los que estaban de moda eran los Nike o Adidas.

«Dije: ‘Pobrecito que le regalaron unos Dunlop’, entonces fui a la cafetería y le regalé unos Pingüinos (panecillos)», recuerda Virginia Argüelles, ex compañera y directora de una institución de educación superior.

SIMPÁTICO Y MÁS

La chispa del realizador de 53 años resultaba fundamental para comenzar el día de clases, sus chascarrillos eran un catalizador en el grupo.

«Guillermo se encargaba de que en el salón viviéramos una kermés, de todo hacía broma y nos daba carrilla con apodos, nadie se libraba, eran sobrenombres apegados a la realidad de cada uno.

«El grupo dependía de su motor de la risa y de sus chistes», resalta Javier Cañedo, comerciante y amigo de Guillermo por cuatro décadas.

El «mejor carrillero del IDEC», como lo describen en el anuario estudiantil de la generación de 1982-1983, tampoco era tímido con las chicas.

«En cuarto semestre de prepa se integraron más mujeres en el aula, y él y yo empezábamos conquistando, al grado de que lo llamó ‘el salón de la lujuria’.

«Ambos nos casamos con ex compañeras de la escuela. Él con Lorenza Newton», agrega.

Guillermo del Toro salió de la preparatoria en el 83, y de acuerdo con los amigos, era un alumno con buenas notas.

«¡Maestros y alumnos fueron importantísimos! Víctor Cuéllar, Daniel Varela, Ramón Muñiz y tantos otros profesores. Y los estudiantes nos hacíamos cómplices de los proyectos artísticos».

(Con información de Reforma)

 

 

 

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