En el marco de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) hace un llamado a los representantes políticos e instituciones de los países para que actúen urgentemente en contra de la vulnerabilidad que viven los menores emigrantes y refugiados.
“Emigrantes menores de edad, vulnerables y sin voz” es el lema de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado que se celebra este fin de semana en el Vaticano.
En su mensaje para esta jornada, el Papa Francisco pone el foco sobre la realidad de los migrantes y refugiados menores de edad, especialmente los que están solos, instando a todos a hacerse cargo de los niños y niñas, desprotegidos porque son menores, extranjeros e indefensos; porque son forzados a vivir lejos de su tierra natal y separados del afecto de su familia.
El SJM insta “a que los poderes públicos y las administraciones velen por la protección y la integración de los menores extranjeros no acompañados. También pedimos que las políticas de cooperación internacional, en la senda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incidan en las causas de la pobreza, la desigualdad, y los conflictos armados como origen de esta migración forzosa con consecuencias de alto riesgo para los menores”.
Y agrega: “Igualmente, y como parte de estas políticas de cooperación internacional, creemos que deben aumentar los fondos destinados a Acción Humanitaria en los sectores de educación y protección de la infancia, de tal manera que se mejoren las condiciones de vida de estos menores en los países de tránsito o en otros países de acogida. Hacemos un llamamiento a brindar hospitalidad en todas sus formas: ofreciendo soluciones duraderas y adecuadas para la acogida e integración de las personas migrantes y refugiadas y fomentando la educación para la ciudadanía global para promover la convivencia intercultural para prevenir la radicalización”.