Ante la movilización de tropas de la Guardia Nacional estadounidense a la zona fronteriza con nuestro país, los obispos de la frontera norte de México y del Consejo de presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) publicaron recientemente una declaración titulada, “Por la Dignidad de los Migrantes”.
Los jesuitas coincidimos con los obispos en la necesidad de un cambio histórico en el país que ayude a que el pueblo mexicano “realmente sea el protagonista de su desarrollo, con paz, justicia y respeto irrestricto a los derechos humanos”, generando mejores condiciones de vida, sin pobreza, inseguridad, ni marginación, problemáticas históricamente irresueltas por nuestros gobernantes, que obligan a la migración de los ciudadanos.
“Nuestra incipiente democracia tiene un enorme reto en el futuro próximo: escoger a quienes deben de realizar de manera honesta, sin corrupción e impunidad, un cambio histórico que ayude a que el Pueblo de México realmente sea el protagonista de su desarrollo, con paz, justicia y respeto irrestricto a los derechos humanos. Un camino que implica, también, no cerrarse sino abrirse a la dinámica del nuevo mundo global, cada vez más interdependiente y necesitado de solidaridad y cooperación”, señala el comunicado de la CEM.
La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús reitera su rechazo a las medidas que generan división y promueven un discurso de segregación que criminaliza a los migrantes.
“La frontera entre México y Estados Unidos ‘no es una zona de guerra’, como han dicho recientemente nuestros hermanos obispos de los Estados Unidos. Al contrario, esta zona está llamada a ser ejemplo de vinculación y corresponsabilidad. El único futuro posible para nuestra región es el futuro edificado con puentes de confianza y desarrollo compartido, no con muros de indignidad y de violencia”, concluyen los obispos en su comunicado.
Los jesuitas reiteramos nuestro compromiso cristiano para seguir acompañando y generando condiciones de hospitalidad para con nuestros hermanos migrantes, así como en la incondicional defensa de los Derechos Humanos.