El importante diario L’osservatore romano -el periódico vaticano- publicó recientemente el reportaje «Reconstituir el tejido Social (jesuitas por el renacimiento de México)», en el que relata la importante labor del Centro de Investigación y Acción Social por la Paz (CIAS), un proyecto de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús.
En el artículo habla sobre el estudio hecho por el CIAS y titulado “Reconstrucción del tejido social: una apuesta por la paz”.
«…un estudio para comprender mejor qué está pasando en una de las realidades más importantes de América. El centro de Investigación y Acción social por la paz presenta en este sentido un trabajo riguroso de análisis. Los autores son el P. Jorge Atilano González y su compañero jesuita Gabriel Mendoza, quienes han aceptado el encargo de la Compañía de Jesús de investigar causas y metodología revertir el camino, tomando estímulo de la visita papal de hace un año en lugares nunca antes vistos por un pontífice. Un viaje esperado también por un estado de inquietud y violencia excepcionales», dice el texto firmado por Nicola Nicoletti.
A continuación compartimos la traducción del texto publicado:
Reconstituir el tejido Social
Los jesuitas por el renacimiento de México.
Por Nicola Nicoletti. L’osservatore romano, 24 de marzo de 2017.
Torreón, centro de cerca de un millón de habitantes, a mil kilómetros de la Ciudad de México, ha registrado un tope de 792 asesinados solo en el año 2012. En diez años lo s muertos son más de 2500, y lo s desaparecidos 512. Cifras de guerra. La violencia en México no sólo crece aquí: en Ciudad Juárez, Michoacán, Veracruz. Y en la capital. El norte y el sur le país han registrado casos de agresividad constante en los últimos quinde años. Los jesuitas, presentes en diversos municipios, están por realizar un estudio para comprender mejor qué está pasando en una de las realidades más importantes de América. El centro de Investigación y Acción social por la paz presenta en este sentido un trabajo riguroso de análisis. Los autores son el P. Jorge Atilano González y su compañero jesuita Gabriel Mendoza, quienes han aceptado el encargo de la Compañía de Jesús de investigar causas y metodología revertir el camino, tomando estímulo de la visita papal de hace un año en lugares nunca antes vistos por un pontífice. Un viaje esperado también por un estado de inquietud y violencia excepcionales.
De la situación de los indios de Chiapas hasta la frontera con los Estados Unidos, Francisco ha animado iniciativas y reflexiones por la defensa de la dignidad humana. Ahora se ven ya los frutos. El prefacio del texto recuerda la Laudato si’, explicando que entre los componentes sociales de los cambios globales se encuentran la exclusión, el crecimiento de la violencia y la ruptura de los vínculos de integración social.
El precioso trabajo de los dos investigadores, con título “Reconstrucción del tejido social: una apuesta por la paz” es fruto del estudio de catorce municipios en diferentes estados de México, territorios en riesgo de violencia, doga, secuestros y suicidios. La investigación ha escuchado hombres y mujeres, adultos y jóvenes, frecuentemente relegados en la penumbra de una vida escondida, evidenciando la división entre la base del país y los vértices a todo nivel. La transformación social y la pérdida de identidad han surgido como la causa del desprendimiento. Por otra parte emerge la irrupción de la tecnología, de la televisión y redes sociales, y la incapacidad de reencontrarse unidos en la mesa de la convivencia. Vínculos, identidad y participación son los hilos del tejido social, objeto de la investigación de un país en crisis.
Los principales conflictos sociales de México representan crisis históricas que responden a procesos de modernización . Tres grandes etapas: la guerra de independencia, la revolución mexicana y la conflictividad presente. Todo parte de la reforma borbónica de 1767, vertida en la guerra de independencia. La segunda es la reforma liberal de Benito Juárez, en el 1857, que lleva al país a la revolución. Por último, las reformas de Carlos Salinas de Gortari, de 1990, las cuales, según el padre jorge, desembocan en la crisis actual “mal representada únicamente por el problema del narcotráfico”. En efecto, afirma el jesuita, “la primera reflexión sobre la cual fundamentarse es estudiar lo que está sucediendo. No existe solo un problema de droga y criminalidad. Son análisis simplistas que no resisten una seria investigación sociológica. Arrestado un jefe de un cartel del narco hace que despunte otro. En cambio, el problema es más profundo”.
La fractura social nace de un proceso de mercantilización de la vida y del individualismo exasperado que está obstaculizando la capacidad de convivencia entre las personas. Esto no se resuelve con las armas o con el uso del dinero. Lo que sirve son planes de desarrollo integrales que unan la fe, el uso de la tierra, las comunidades activas en el camino de la historia.
La investigación apunta pues a comprender el fenómeno de la complejidad de la violencia y a proponer alternativas válidas. Según los dos jesuitas, los pueblos que tienen un camino histórico y una visión integral de la vida son importantes por diseñar un recorrido en una sociedad sostenible. Se trata de las comunidades indígenas; ellas, sostienen, “nos ayudan a comprender qué está sucediendo, y a pensar en alternativas. Por nuestra parte hemos recuperado la experiencia en algunas comunidades de la costa y del interior para trabajar juntos en diversas realidades de México. Se trata de integrar, Iglesia, familia, economía, educación y gobierno local”.
En Tancítaro, comunidad de seis mil habitantes en Michoacán, uno de los estados más violentos de México, ha venido la inversión de la tendencia. Los mayores partidos políticos se han aliado. El cuadro de la Virgen de Guadalupe se ha puesto a las puertas de la ciudad, para protección de la población. El 16 de noviembre se festeja El día de la comunidad, la fiesta de todos, desde los niños hasta los ancianos que reivindican paz y dignidad con cantos y una marcha. Un Consejo compuesto de trescientas personas toma medidas para proteger del crimen a la ciudad. Iglesia, gobierno local y escuela se reúnen para discutir los problemas comunes, orando y recordando las personas víctimas de la criminalidad. Pronto también en Chiapas nacerá una experiencia de reconstitución del tejido social similar a ésta, para testimonio de que se ha iniciado una posibilidad de renacimiento.