Visita del P. Provincial a Roma

Abr 15, 2024 | Noticias

— Jesús Manuel Roa Sánchez, S.J.

La primer Semana de Pascua, del martes 2 de abril al viernes 5 de abril, tuvimos un encuentro en la ciudad de Roma los jesuitas mexicanos que estamos en Europa y en Próximo Oriente. Fue una invitación por parte del P. Provincial con el objetivo de tener la cuenta de conciencia y compartir entre nosotros vida y misión. Quienes estamos ahora en esta parte del mundo, nuestra vida y misión se concretiza en distintos lugares y de distintas maneras: Etapa de Magisterio en Siria, Estudios de Teología en Segunda Etapa, Estudios Especiales en España, Roma y Reino Unido y el trabajo apostólico encomendado por el Padre General. En el caso de Jaime Emilio Magaña, S.J., como profesor en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma. Cristóbal Orellana, S.J., y Salvador Ramírez, S.J., como acompañantes y formadores en el Pontificio Colegio Pío Latinoamericano, también en Roma, y Víctor Ramos, S.J., en el trabajo de diálogo intercultural en el Próximo Oriente y responsable de arte y cultura en el Centro Cultural Universitario, en Argelia.

 

Durante algunos días pudimos hacer algo que parece imposible de realizar en estos tiempos: detenernos, es decir, hacer una pausa de nuestras actividades y proyectos para compartir desde el corazón el paso de Dios en nuestras vidas. Estando en diferentes partes del mundo, cada uno siendo quien es y haciendo cosas tan diferentes e importantes, el poder coincidir en estos días para escucharnos, percibimos que se trata de un momento de gracia, porque nos recuerda que no estamos solos y que somos un cuerpo. Pudimos compartir nuestros desafíos personales, los desafíos en las realidades donde estamos presentes y aquellos momentos de confirmación y consolación que dan sentido y horizonte a lo que hacemos. También hablamos sobre la situación de la realidad mexicana y el estado de nuestra Provincia. Reflexionamos que somos conscientes de los muchos desafíos que tenemos como Provincia Mexicana y en la realidad del país. Sin embargo, sabernos frágiles y limitados también nos abre a la esperanza y a los deseos de responder a la realidad con creatividad y confianza en el Señor Jesús que nos sigue llamando a ser sus compañeros.

 

Conocer lo que cada hermano vive en su contexto y misión era un motivo de novedad y alegría. Cada uno de alguna manera se podía ver reflejado en la experiencia de los demás. Nos damos cuenta de la riqueza de la universalidad de la Compañía de Jesús y de la riqueza de sentirnos parte de un cuerpo más grande que trata de responder en distintas realidades mediante distintos tipos de apostolados. Al mismo tiempo, sabemos muy bien de dónde venimos y lo que implica ser jesuitas mexicanos herederos de una historia en donde tantos hermanos nuestros han dejado su vida en servicio al Pueblo. Tomando en cuenta que estábamos en la ciudad en donde surgió la Compañía de Jesús, en la pequeña capilla que se encuentra en el Colegio del Gesù (que fue la última casa donde vivió San Ignacio de Loyola), el P. Provincial en la eucaristía nos invitó a recordar y abrazar nuestras raíces ignacianas, es decir, recordar nuestro carisma y nuestros deseos de seguir a Cristo bajo su bandera. En tónica de gratitud, nos animó a renovar el sentido de envió, gesto que fue importante, ya que algunos jesuitas regresarán próximamente a la Provincia Mexicana, otros seguirán dando su aporte a la Iglesia y Compañía Universal y otros de nosotros seguiremos estudiando fuera de la Provincia para prepararnos mejor. Al final agradecimos por lo compartido y terminamos con el deseo de regresar a nuestra vida y misión conscientes de que somos un cuerpo y Amigos en el Señor.

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