Saludo al P. Luis Arriaga Valenzuela, Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México; al Dr. Manuel Ramos Medina, del Centro de Estudios de Historia de México Fundación Carlos Slim; así mismo a los ponentes y al público que amablemente nos acompaña en la inauguración del curso: “Historia de los Jesuitas en México, Siglos XVI – XX”.
La Compañía de Jesús en México está conmemorando los 450 años de la llegada de los primeros jesuitas al territorio de la Nueva España. En este contexto de celebración, que culmina el próximo 9 de septiembre, es muy luminoso y esperanzador rememorar nuestra historia a través de este curso.
Hay que mencionar que la IBERO CDMX y Torreón están cumpliendo 80 y 40 años, respectivamente.
Y siguiendo el legado del P. Adolfo Nicolás (quien fuera Prepósito General)[1], las fechas importantes no son sólo una buena ocasión para encontrarnos festivamente, sino que nos ofrecen una oportunidad para agradecer por todo el bien recibido, para reflexionar y aprender de lo que vivieron los religiosos de la Compañía de Jesús en el pasado.
En nuestro caso, rememoramos al P. Pedro Sánchez, primer Provincial en la Nueva España, así como a sus compañeros y numerosos misioneros, educadores, científicos, pensadores e historiadores… Por supuesto, también a los constructores, como los padres: Salvatierra, Kino, Alegre, Clavijero, Miguel Agustín Pro (por mencionar solo algunos), y de este modo mirar con nuevos ojos, discernir para saber estar y responder a la época que nos toca vivir.
Los Jesuitas en México visualizamos en los clamores de nuestra realidad, el dolor, la exclusión y el sufrimiento que viven millones de mexicanas y mexicanos. No podemos ser indiferentes y queremos aportar desde nuestras obras a las necesidades apremiantes: la pobreza, la desigualdad, la inseguridad, la desaparición forzada, los feminicidios, el desplazamiento, la migración forzada, la creciente militarización, la violencia.
Queremos aportar también desde nuestras obras a la no menos problemática, polarización que genera una división profunda en la sociedad.
Y hablando de esta realidad que nos interpela a causa de la violencia, quiero recordar y hacer memoria del dolor resiliente que vivimos como jesuitas hace casi nueve meses en Cerocahui, Chihuahua, con el asesinato de mis hermanos Javier y Joaquín. Como bien dijo el Santo Padre, “la violencia no resuelve los problemas, y crece el sufrimiento inútil”.
Por ello, es importante mantener la memoria, y necesitamos mirar a la historia, aprender de ella pues, como sabemos, memoria e identidad están ligadas por profundos vínculos: el que olvida su pasado no sabe quién es.[2]
Hago votos para que este Curso “Historia de los Jesuitas en México, Siglos XVI – XX”, sea una gran oportunidad para profundizar nuestra comprensión y difundir el conocimiento que tenemos sobre la historia de la Compañía de Jesús en México. Al mismo tiempo, será ocasión para aprender del pasado sobre nuestro lugar en la historia y una invitación en general para asumir un compromiso esperanzador para nuestro país.
Agradezco a las instituciones y las personas que con su esfuerzo y dedicación hacen posible que hoy sea una realidad encontrarnos con un Curso tan relevante e inédito, no sólo para la Compañía de Jesús, sino para quienes buscan conocer y comprender nuestra historia a través de las distintas épocas, desde las obras pastorales, educativas, artísticas, culturales y sociales que han dejado y siguen dejando huella en nuestro país.
Muchas gracias por su atención,
Luis Gerardo Moro Madrid, SJ
Provincial de la Compañía de Jesús en México.
Para conocer más de este curso, visite el sitio oficial del Centro de Estudios de Historia de México Fundación Carlos Slim.
[1] P. Adolfo Nicolás, Carta del 1° de enero de 2012, invitando a celebrar la Conmemoración del 7 de agosto de 1814:Solicitudo ómnium ecclesiarum.
[2] P. Adolfo Nicolás Pachón, S.J. Carta sobre la Conmemoración del segundo centenario de la Restauración de la Compañía de Jesús; 14 de noviembre de 2013.
