Orar juntos por la justicia y la reconciliación para la paz

Jul 18, 2022 | Noticias

Mensaje de la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús.

Al Pueblo de México,

Estamos alegres y agradecidos por la respuesta que las diferentes comunidades parroquiales, movimientos laicales e institutos de vida consagrada han tenido ante el llamado a la Jornada de Oración por la Paz, así como la solidaridad de otras tradiciones religiosas y grupos sociales para sumarse a este gesto de unidad para nuestro país. Experimentamos un tiempo de gracia para reconstruir nuestra convivencia social tan dañada por la violencia; una vez más, Jesús Resucitado se nos presenta, cuando estábamos confundidos y encerrados, para enviarnos a trabajar por la paz (Jn 20, 19-28).

Nos sentimos, como Iglesia, llamados y enviados a recuperar la dimensión sagrada de la vida, a reforzar el diálogo entre los diferentes actores sociales para recuperar la unidad de comunidades fragmentadas y divididas, y caminar juntos hacia la justicia, la reconciliación y la paz. Necesitamos crecer en una cultura de escucha, diálogo, respeto, humildad y apertura hacia nuevos horizontes.

Como Iglesia seguimos reflexionando en lo que necesitamos emprender en este momento crítico que vive el país, sin perder de vista y reconocer nuestras omisiones y errores. Hoy nos sentimos interpelados ante esta realidad y deseamos actuar de manera articulada junto con todos los que claman la justicia, la reconciliación y la paz.

«La paz social es trabajosa y artesanal», su construcción demanda procesos de encuentro, procesos que construyan un pueblo que sabe recoger las diferencias. «Una verdadera paz, sólo puede lograrse cuando luchamos por la justicia a través del diálogo, persiguiendo la reconciliación y el desarrollo mutuo». Construir la paz demanda la participación de todas y todos. (Cf. Fratelli Tutti nn. 217 y 229)

En este itinerario de construcción de paz y el reto que enfrentamos de mantener la memoria, demandar justicia, frenar la violencia y ser artesanos de paz, convocamos a las siguientes acciones, en el marco de nuestra Jornada de Oración por la paz:

1. Para el domingo 24 de julio, invitamos a llevar a los templos fotografías de las personas amigas o familiares que han perdido la vida a consecuencia de la violencia o que se encuentran desaparecidas. Pedimos a todos los sacerdotes que realicen una oración especial por ellas, pedir verdad y justicia, y consuelo para sus familiares, todo esto como un gesto de acogida y memoria del sufrimiento de Cristo en nuestro país.

2. Invitamos a que el domingo 31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, sea un día de oración por la conversión de los victimarios, y para que logremos realizar “la mejor política” que convoca el Papa Francisco en el capítulo 5 de su encíclica Fratelli Tutti, centrada en el encuentro, el diálogo, el consenso y la restauración de la comunidad.

Estamos convencidos de emprender un proceso de construcción de paz junto con otros y otras, nuestra base está en la oración que tiende puentes entre los artesanos y las artesanas de la paz.

Solicitamos que envíen fotos de las actividades realizadas al siguiente correo: comunicacion@cem.org.mx y por WhatsApp 5537654176

Pedimos al Dios de la vida que nos envíe su Espíritu de paz, que nos regale sus dones y que seamos instrumento de paz. Que Santa María de Guadalupe nos acompañe con su mirada maternal y sea nuestra maestra en esta tarea de construir la paz.

Ciudad de México, a 18 de julio de 2022.

Por la paz de México,

 

Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Presidente de la CEM

Ramón Castro Castro
Obispo de Cuernavaca
Secretario General de la CEM

Hna. Juana Ángeles Zárate Celedón, CSC
Presidente de la CIRM

Hércules Medina Garfias
Obispo Auxiliar de Morelia
Dimensión Episcopal de Fe y Compromiso Social

R. P. Luis Gerardo Moro Madrid, SJ
Prepósito Provincial Compañía de Jesús en México

 


 

ORACIÓN POR LA PAZ

“Señor Jesús, tu eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
y dispersa por el miedo y la inseguridad.

Consuela el dolor de quienes sufren.
Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y
provocan sufrimiento y muerte,
dales el don de la conversión.

Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes,
a nuestros pueblos y comunidades.

Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables,
sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que en ti, nuestros pueblo
tenga vida digna.

María, Reina de la paz, ruega por nosotros”.

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