El pasado 20 de junio celebramos el segundo aniversario del martirio de nuestros hermanos Joaquín César Mora y Javier Campos, por esta razón compartimos cuatro cartas relacionadas con el Destino de Javier Campos a Tarahumara. La primera, escrita por Javier al P. Arrupe donde le solicita ser destinado a la Misión de la Tarahumara; la segunda, respuesta del P. Arrupe; la tercera, del P. J. Ignacio Rentería, Provincial de México Septentrional a Javier Campos avisándole la decisión del P. Arrupe y su envío a la Misión; y, por último, la carta que escribe Javier Campos al P. Arrupe para agradecer el destino. Estamos seguros de que su lectura será de mucho fruto espiritual y misionero.
Nota: Hemos dejado la transcripción tal cual están escritas.
Carta del P. Javier Campos al P. Arrupe, fechada el diciembre 3 de 1966:
Después de haber esperado 7 años y medio, le escribo lleno de consolación esta carta. Desde antes de entrar en la compañía me gustaba el trabajo en las misiones de Japón y de África. Con mi entrada al noviciado conocí la misión de la tarahumara, durante el cual tiempo y el del juniorado fue viendo que Dios me quería más por tarahumara, dada la manera de ser que me dio. Creo que él me quiere para las misiones, porque desde chico he sentido la afición; porque creo que en ese ambiente de un poco más de renuncias puedo agradar lo más a él y despegarme de ciertos lazos sociales que me impedirían una entrega más sincera a Cristo. Esto lo veo más confirmado por ciertas cualidades, como son el no haberme enfermado nunca dentro de la orden, resistencia para caminar, aguante del estómago, aguante para vivir aislado…, todo lo cual me ayudaría a sobrellevar los sacrificios que la misión me imponga sin que el subiecto se corrompa y sí me entregue al prójimo.
Además la confirmación de todos mis superiores: provinciales, rectores y aún de los espirituales. Además algunas misiones que hemos hecho durante algunas vacaciones y semanas santas.
Por eso hoy le pido, siempre que usted no tenga inconveniente, me conceda la misión de la tarahumara A.M.D.G. Apenas terminé mi tercero de filosofía en septiembre de 67.
Lo único que pretendo con esto es entregarme por donde creo sinceramente que él me quiere. Esto no quita que, usted que ve todo de más alto y por lo tanto con una visión más objetiva de las necesidades del mundo, me pueda enviar a cualquier parte del mundo en donde vea mayor necesidad. Así que estoy completamente deseoso de lo que usted disponga en nombre de nuestro sumo capitán. Su afectísimo siervo en Cristo que lo encomienda y le pide sus oraciones y bendición.
Carta del P. Pedro Arrupe a Javier Campos, fechada el 24 de diciembre de 1966:
Amado en Cristo H. Campos:
Respondo a su carta del 3 de diciembre, por la que me pide ser destinado a la Misión de Tarahumara, para la que ha sentido usted especial vocación desde el Noviciado, vocación que se ha ido confirmando cada vez más a lo largo de su formación.
En atención a sus razones, me ha parecido bien que se preparen los informes ad missiones exteras, y así se lo he comunicado a su P. Provincial, para que provea. Una vez que sean recibidos, se examinarán, y visto el parecer de mis consultores, decidiré lo que parezca del mayor servicio divino.
Le agradezco sinceramente su generosidad y disponibilidad para ir a cualquier parte del mundo. Prosiga durante este curso preparándose espiritualmente con la ayuda de Dios para que si ésta es su vocación pueda ser mañana un gran misionero.
Que el Niño Dios le conceda abundancia de gracias en estos días de Pascua. Le bendice con todo afecto en el Señor y se encomienda en sus oraciones,
Adictísimo en Jesucristo
Pedro Arrupe (rúbrica)
Carta del P. J. Ignacio Rentería R., Sj a Javier Campos, fechada el 26 de febrero de 1967:
Muy estimado Javier: P. Xti.
Estas líneas te llevan una cordial felicitación, pues hace unos días recibí carta del padre general de la que te transcribo estas líneas:
“por lo tanto, apruebo la destinación del joven escolar Campos a la misión de la tarahumara. Le ruego tenga a bien comunicarle esta mi decisión.”
“Quiera el señor bendecir este sacrificio de la provincia con selectas y abundantes vocaciones”.
Así pues, estás destinado a la misión, pero tienes que rogar mucho porque esas buenas vocaciones vengan a llenar los puestos en la provincia que tantas necesita.
Saludos cordiales a todos y perdona la brevedad.
En comunión de oraciones, Afmo. En Cristo nuestro señor,
Ignacio Rentería R. sj
Carta de Javier campos al Padre Arrupe, fechada el febrero o marzo 1967:
Ayer recibí carta del padre provincial en la que me decía:
“Estas líneas te llevan una cordial felicitación, pues hace unos días recibí carta del P. General de la que te transcribo estas líneas” y en seguida ponía las líneas de usted. Aún no acabo de creer el regalo tan grande que he recibido, pues usted sabe que me querían también para formador de los nuestros, oficio que desempeñaría también con gusto. Ahora no cabe duda, y puedo gozarme en ello, que Dios me quiere para la Misión. Así que a prepararme bien. Varias veces me he acordado de usted en su situación antes de que lo dedicaran y destinaran al Japón y me he dicho: El ya sabe lo que es esperar destino para las misiones tras espera de largos años para que el señor se defina. Hasta que por fin lo hizo.
Parece que el Señor se decidió a elegirme por este lado y ha recibido mi ofrenda: el holocausto de mi vida. Así que ahora a aprender bien el Rarámuri durante el magisterio. Quizá pronto empiece a volar en avioneta, pues algunos amigos de mi hermano me han ofrecido facilidades, además de que el P. Llaguno quiere que le ayude algo en esto para mayor efectividad en el apostolado con las almas. Ahora sé que nuestro Sumo Capitán está conmigo, con absoluta certeza, y yo con El, y para eso está empeñada mi vida, para la obra de El, y por lo tanto nuestra. Por lo cual su gracia me bastará. ¡A hacerme digno!
Muchas gracias por haber tomado mi caso y haberlo considerado, pues con su aprobación y bendición recibo la de Cristo. Hoy fui a la Villa (con la Guadalupana) a dar las gracias. En comunión de oraciones afmo. en Cristo le pido su bendición: