Del 07 al 16 de febrero del presente en la casa de Ejercicios San Javier, Ciudad de México, se realizó el taller de formación para laicos, laicas y jesuitas de la Red Latinoamericana de Parroquias Jesuitas (RELAPAJ), que convocó a los países de: Paraguay, Bolivia, Brasil, Ecuador, Guatemala, Perú, República Dominicana, Colombia, Cuba y México.
La bienvenida estuvo a cargo de Roberto Jaramillo, presidente de la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL) quien nos recordó la importancia de promover espacios de cultivo especial del espíritu en los agentes parroquiales, y tener presente que debemos estar en disposición constante de darnos en red “Red- Darnos”.
Por su parte, Roxana Gutierrez la nueva coordinadora de la RELAPAJ nos invitó a tener presente las cinco características de las parroquias encargadas a los jesuitas: Comunidad de comunidades de fe en Jesucristo, Fraternas, Misioneras, Solidarias y Litúrgicas. Es desde esta invitación que al interior del taller de formación se promovió una convivencia comunitaria, con espacios de examen diario, oraciones de la mañana, charlas dinámicas y participativas, compartir en grupos sobre el trabajo en nuestras parroquias y reflexiones en torno a los desafíos e invitaciones que iban surgiendo, y concluir el día con la celebración de la Eucaristía.
La dinámica permitió comprender y vivenciar que solo se puede colaborar en la Misión de Dios, siendo comunidad. La presencia de la joven Sandra Alvarado de la Pastoral Juvenil y Vocacional de México, nos invitó a una integración fraterna y promovió que cada delegación presente el trabajo al interior de sus parroquias, esta dinámica nos reveló la sorpresa de que no solo compartimos los frutos de la espiritualidad ignaciana, sino que nos desafían contextos sociales similares.
«PENSAR»
El padre Luis Garcia Orso del Equipo de Formación Ignaciana de la Provincia Mexicana, nos invitó a PENSAR en las parroquias desde la perspectiva del Papa Francisco, reconociendo el Evangelii Gaudium como línea inspiradora de la acción de la iglesia, esa iglesia que debe seguir el estilo del Buen Samaritano en sus verbos “Salir de si, Ir al encuentro de los alejados y los pobres, Mirar con atención amorosa, Curar heridas, Acompañar, Hacerse Prójimo y Hacer Misericordia”.
En este sentido de vivir como Iglesia en salida, fuimos testigos de la Misión desde la Religiosidad Popular; celebramos la colaboración entre laicos, laicas y jesuitas junto a la Virgen de Guadalupe, y fuimos testigos de una Iglesia viva y en misión en la Parroquia de San Ignacio de Loyola en Chalco.
Esta experiencia de contemplar la religiosidad popular como la manifestación más grande de un pueblo sediento de Dios, nos encaminó a entender que desde la comunidad de comunidades solidarias, debemos dejarnos guiar por la espiritualidad ecológica, que nos llevará a comprender nuestro entorno integralmente, donde además la ética ambiental nos invita a apreciar todas las formas de vida y la comprensión de los ciclos naturales.
Continuamos entendiendo de la mano del padre Raúl Martinez y Benjamín Bravo, que al ser las parroquias, comunidad de comunidades misioneras, debemos discernir en las nuevas estrategias de evangelización desde la problemática de la vida y el dolor humano, junto a las siguientes claves: la perspectiva del reino que es la dimensión social del evangelio, el ecumenismo mediante la vinculación con otros actores, la pluralidad de culturas y pluralidad de respuestas, ser testigos de Jesús “No hablar tanto de Jesús, sino actuar como él” y, arriesgarnos a sumar nuevos ministerios y servicios. En esta dinámica se nos propone la metodología prospectiva que es la organización de las parroquias en sectores, con sus coordinadores y mensajeros. Y desde la pastoral indígena se nos recuerda que la palabra de Dios se encarna en cada cultura, con sus signos, símbolos y palabras, que nos desafían a la inculturación del evangelio.
CIAS-Jesuitas por la Paz
Respecto a la característica de las parroquias en ser comunidad de comunidades solidarias, se nos presentó el trabajo que vienen realizando el CIAS (Centro de Investigación y Acción Social) Jesuitas por la Paz, con el enfoque de Reconstrucción del Tejido Social, invitándonos que desde las parroquias se puede trabajar en fortalecer las relaciones personales, que conforme a este enfoque en nuestros realidades se ha sobrevalorado la percepción personal por lo que antropológicamente se da la desvinculación, favoreciendo un proceso de individualización, corrupción e impunidad. Desde la parroquia podemos apostar por recuperar narrativas del éxito colectivo, la recuperación de lo común, historias de esperanza y salvación personal y comunitaria.
También se nos presentó el trabajo que vienen realizando el Servicio Jesuita de Migrantes y el Centro de Derechos Humanos, Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) , que nos invitaron en tener siempre presente que desde las parroquias debemos reconocer todo el potencial que nos permitirá seguir diversificando nuestros ministerios, y sin dejar de ser conscientes de nuestras limitaciones, que nos invitarán a vivir y trabajar en red; y a la luz del Samaritano preguntarnos por el bien común. Y desde la Compañía de Jesús se nos presenta la gran oportunidad de identificarnos en la labor y unir esfuerzos de trabajo articulado con las diversas obras en bien de una misión universal.
Desde la Pastoral Juvenil de México, se nos ofreció un análisis integral de los diversos desafíos que los jóvenes enfrentan en nuestro tiempo, ya que ellos y ellas son el claro reflejo de lo que se está viviendo en la sociedad:
“Los jóvenes necesitan de procesos de desarrollo personal e identifican como signos de esperanza a la Iglesia, familia y amigos; y reconocen como valor presente la solidaridad y promoción de los derechos humanos”.
Este enunciado nos desafía como parroquias, debiendo construir procesos de acompañamiento que ofrezcan procesos de experiencia en el encuentro con los otros, para que desde la libertad puedan reconocer a Jesús como principio y fundamento de sus vidas.
También, pudimos conocer sobre el trabajo y experiencia del Centro Ignaciano de Eespiritualidad (CIE) de la Parroquia Sagrada Familia en la colonia Roma y CIRE en Colombia, como propuesta de fuente de irradiación de la espiritualidad ignaciana en la misión de nuestras parroquias.
Así mismo se nos presentó la experiencia exitosa de la CEB (Comunidad Eclesial de Base) en Torreón, Coah. como propuesta de iglesia que acompaña a sus integrantes en la revisión de la vida en un proceso personal y comunitario, conforme al método de ver, pensar, actuar, escuchar y celebrar, orientado a construir la meta que es el Reino de Dios. Estas experiencias nos encaminaron a comprender mejor la característica de ser comunidad de comunidades Litúrgicas.
En la Roma
Bajamos a lo concreto y se nos presentó la experiencia de planeación en la parroquia Sagrada Familia en la colonia Roma, con una metodología viable, sencilla, útil y eficaz, que inicia con un triple auto diagnóstico: sobre nuestra identidad, contexto y práctica; seguida por la etapa de confrontación (para ahondar en las coherencias, incoherencias, retos y limitaciones), para finalmente construir nuevas estructuras orientadas por colocar al centro a la persona, dar prioridad a las necesidades y enfatizar la espiritualidad. Fuimos testigos vivenciales de este proceso, pudimos ver, escuchar y sentir la interiorización de esta nueva vivencia por parte de la comunidad parroquial, esperanza en el trabajo que realizan y su espíritu celebrativo. Rogamos al señor que por intercepción del beato Miguel Pro, puedan seguir dando frutos.
Finalmente, nos presentaron a la Red Pedro Clavel que lo conforman las ODP (Oficinas de Desarrollo y procura) de los países Latinoamericanos y del Caribe, como una opción de financiamiento para la misión de las parroquias, así como el modelo de administración interna. Estos aspectos nos recordaron la importancia de ir buscando el “MAGIS” en nuestras parroquias, permitirnos fortalecer técnica y profesionalmente para la consecución de nuestra misión.
El último día, estando en retiro personal, recogimos y gustamos del trabajo de estos días. Somos conscientes de que el mayor desafío es llevar en práctica todo lo que hemos ido sintiendo, pensando y pre planificando, pero a la luz de San Ignacio de Loyola ponemos nuestra mayor disponibilidad al servicio del Reino, recordando que “Debemos poner todos los medios como si todo dependiese de uno, pero confiando totalmente en Dios, porque todo depende de Él.
Agradecemos a todos los que han hecho posible esta experiencia de vida y de formación, nos obsequiaron la posibilidad de fortalecer nuestra identidad como laicos, laicas y jesuitas, pero sobre todo como amigos y amigas convocados por Jesús para anunciarlo en nuestras parroquias siendo Samaritanos. Nos unirnos al grito final y de vida del Padre Miguel Pro, para que, en nuestras comunidades, parroquias, país, y en América Latina y el Caribe “Viva Cristo Rey”.
México, 16 de febrero del 2019. (P. José Luis Serra S.J)