«tenemos que hacer muchas cosas. Hay que ensuciarse las manos”, dijo.
Sofía Lobos – Ciudad del Vaticano
Comienza el mes de agosto y el Papa Francisco ha retomado su agenda de actividades, tras una breve pausa estival. Así, el miércoles 1 de agosto, antes de iniciar la Audiencia general, el Pontífice recibió a un grupo de jóvenes jesuitas europeos que participan en un encuentro de formación en Roma, con quienes mantuvo un diálogo en el Aula Pablo VI del Vaticano.
El Santo Padre pidió a los jóvenes religiosos que pongan al centro de todo «la dignidad de la persona», especialmente en un mundo acostumbrado a poner al centro «al dinero, la economía y las finanzas», un hecho que podría definirse como el “gran pecado de hoy»-dijo Francisco- a la vez que pidió promover el diálogo entre “la economía, el humanismo y la espiritualidad”.
Desempleo y suicidio juvenil
En alusión al alto índice de desempleo, el Obispo de Roma exhortó a los jesuitas a acompañar especialmente a los jóvenes sin trabajo o con empleos que no los dignifican.
«Este es uno de los problemas más agudos y dolorosos para los jóvenes, ya que va directamente al corazón de la persona porque quien no tiene un empleo no puede llevar el pan a casa», subrayó Francisco haciendo también hincapié en el alarmante aumento de suicidios juveniles derivados de depresiones:
“¡Es escandaloso!”, -añadió- poniendo en guardia además, sobre las consecuencias perjudiciales del consumo de las drogas: «una industria que mueve millones y que destruye la vida del ser humano».
El peligro de usar mal las Redes Sociales
Y con respecto a las nuevas formas de comunicación y el auge de las Redes Sociales, el Papa advirtió sobre el riesgo de caer en el mal uso de la tecnología, «haciendo de ellas un proyecto de vida», o convirtiéndolas en «campos de cultivo» donde germinan ideologías extremistas y fundamentalistas como lo es el ISIS, por citar un ejemplo.
“Los suicidios, las adicciones y formar parte de una guerrilla son tres opciones que los jóvenes tienen hoy en día, cuando no hay trabajo”, señaló Francisco, pidiendo a los jesuitas que comprendan a fondo y acompañen de cerca a la juventud ayudándola a encontrar el camino.
“En una palabra profética, necesitamos inventiva humana, necesitamos creatividad. Tenemos que hacer muchas cosas. Hay que ensuciarse las manos”, concluyó.
Seguir el modelo del padre Arrupe y Pablo VI
Por último, el Papa defendió la variedad del ministerio pastoral de la Compañía de Jesús: “se necesita una gran libertad, sin libertad no se puede ser jesuita”, algo que se combina con la obediencia fruto del discernimiento para responder a la llamada de Dios porque – dijo Francisco- «la originalidad de la Compañía es la unidad en medio de una gran diversidad”.
Y recordando las palabras de Pablo VI, en su intervención de la XXXII Congregación General, el Sucesor de Pedro señaló que “allí donde hay encrucijadas de ideas, de problemas, de desafíos…allí hay un jesuita”.
“En mi opinión, es el discurso más hermoso que un Papa ha hecho a la Compañía”, declaró el Santo Padre espontáneamente, destacando que fue formulado en un momento de incertidumbre en el que el pontífice invitó a todos a ser valientes.
Un punto que Francisco también relacionó con el último sermón del padre Arrupe antes de sufrir un ictus, el llamado “Canto del cisne” pronunciado tras visitar un campo de refugiados en Asia. En sintonía con estos discursos, y tomando como ejemplo el coraje evangélico de Arrupe y de Pablo VI, el Papa pidió a los jesuitas “valentía, creatividad y rodillas fuertes para orar”.
(Con información de Vatican News)