Nuestra Historia
Por Arturo Reynoso, S.J.
El 27 de septiembre de 1540, el Papa Paulo III, en la Bula Regimini militantis Ecclesiæ, aprueba solemnemente la Compañía de Jesús. Son diez los primeros compañeros que en ese momento integran la nueva orden religiosa: el vasco Ignacio de Loyola, fundador del grupo y superior general hasta su muerte, el navarro Francisco Xavier, los saboyanos Pedro Fabro (Pierre Favre) y Claude Jay (Claudio Jayo), los castellanos Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Nicolás Bobadilla, el portugués Simón Rodríguez (Simão Rodrigues), y los franceses Juan Coduri (Jean Codure) y Pascasio Broët (Paschase Broët). Previamente, todos ellos habían vivido la experiencia de los Ejercicios espirituales, redactados y dirigidos por Ignacio de Loyola, y se habían formado académicamente, sobre todo en París.

Muy pronto, la Compañía de Jesús comienza a crecer en número de miembros y de actividades. Al morir san Ignacio en Roma el 31 de julio de 1556 (beatificado en 1609 y canonizado en 1622), la Orden jesuita cuenta con cerca de mil miembros y más de un centenar de casas, misiones y colegios en Italia, España, Alemania, Portugal, Francia, India, Japón, Brasil, Austria, Holanda y África.

Durante más de dos siglos, los jesuitas se expanden en más regiones y ciudades de Europa, Asía, África y América, ejerciendo sus ministerios apostólicos con grupos y sectores poblacionales diversos de las sociedades en las que están presentes. Desde las misiones, colegios e iglesias a su cargo hacen aportaciones notables en teología, espiritualidad, filosofía, educación, historiografía, lingüística, botánica, medicina, arquitectura, pintura, música, matemáticas, astronomía, cartografía, entre otras ciencias.
