
Proyectos laicos y jesuitas
En su tiempo, San Ignacio albergó a los que vivían sin techo en Roma, se preocupó por las prostitutas y estableció casas para huérfanos. Buscó colaboradores y con ellos estableció organizaciones y redes para continuar estos y muchos otros servicios.
«Los jesuitas somos hombres para los demás» y «hombres con los demás. Esta característica esencial de nuestra forma de proceder pide prontitud para cooperar, escuchar y aprender de otros y para compartir nuestra herencia espiritual y apostólica. «Ser hombres con los demás» es un aspecto central de nuestro carisma y profundiza nuestra identidad. (D 13, CG 34 – 1995)
La Compañía de Jesús propone como causes privilegiados en la formación cristiana del laicado en la Espiritualidad Ignaciana y para la colaboración en la misión común:
Espiritualidad Ignaciana
Nuestro propósito va más allá de la experiencia humana: buscamos fortalecer nuestro interior usando las más profundas energías. Salimos de nosotros mismos y amamos desinteresadamente para hacer la voluntad de Dios y dar un sentido a la vida.
Vocaciones y jóvenes
El llamado para iniciarse como jesuita en el noviciado, o en algún voluntariado, en algún proyecto, campamento o red juvenil, comienza con un discernimiento mediante un conocimiento profundo de sí mismo.
Red de ideales
El discernimiento, la colaboración y el trabajo en red son tres conceptos que se establecieron en la Congregación General 36 de la Compañía de Jesús como las líneas de acción en la que los jesuita emprenden sus ideales.